sábado, 3 de marzo de 2012

Sobre la libertad de ideas, la libre propagación de la información y sus peligros (II)

Continuamos con la segunda y última parte. Si no has leído la primera, te recomiendo que lo hagas pinchando aquí.

Hay un punto en el que la libertad de ideas y el libre intercambio de información parece diferenciarse de la opresión y la supresión, y se encuentra en el peligro. La amenaza.
Así como no podemos medir la felicidad de la población, tampoco podemos medir la amenaza de la libertad, pero es claro que existe.
Mientras que en sociedades donde la supresión es la regla, la amenaza parece dirigirse únicamente hacia los que ostentan el poder, en sociedades liberales la amenaza podría ser dirigida, no de manera consciente, hacia los mismos propagadores.

Hay varios ejemplos de esto. Uno de los más peculiares es el asesinato de Alexandr Litvinenko, un exagente ruso quien fue intoxicado con el isótopo 210 del polonio, el cual es radiactivo. Es obvio que su asesino tenía conocimientos de física, más allá de los que se imparten en clases regulares. Quien sabe, tal vez fuese un físico realmente, o un aficionado a la ciencia, lo cierto es que existen muchos detalles sobre elementos radiactivos naturales en la red y en libros de fácil acceso.
El polonio-210 emite radiación alfa (núcleos de helio), la cual es la menor de las radiaciones emitidas por los núcleos atómicos. (Las otras son la radiación beta y la radiación gamma)
Esto hace que el polonio-210 sea de fácil manejo, la radiación alfa a duras penas podría traspasar una hoja de papel. Si se transporta polonio-210 en un simple sobre de papel, estamos protegidos de su radiación. No solo eso, ya que puede ser manejado incluso sin protección ya que nuestra piel actúa como barrera.
La diferencia es cuando el polonio-210 ingresa al cuerpo mediante la inhalación o ingerido, como el caso de Alexandr, el cual lo ingirió mezclado con su café. Dentro no hay piel que defienda a los órganos vitales, tales como corazón, pulmones, estómago, médula ósea, etc.
Alexandr Litvinenko
Otro caso recordatorio nos lo brinda el caso de los científicos Ian Ramshaw y Ron Jackson, quienes habían generado un supervirus, y publicaron los resultados en una revista científica.
Ellos buscaban una manera barata de esterilizar a conejos y ratones, para control de plagas en Australia. Surgió la idea de que una buena manera sería crear un virus, que al ser propagado, hiciera estéril al animal infectado. La idea es buena realmente, contagiar a unos pocos y dejar que la naturaleza precoz de los conejos y los ratones hicieran el resto. Esterilizaciones gratis para todos. Al principio el experimento funcionó, pero no con la suficiente tasa de efectividad que ellos deseaban, así que decidieron agregarle un gen al virus, el IL-4, que potencia las respuestas.
¿El resultado? Todos los sujetos murieron. (Me refiero a los sujetos de prueba, los ratoncillos, no las personas del proyecto) El virus era tan letal, que incluso aquellos ratones vacunados contra la enfermedad (el virus sin modificar era un virus causante de la “viruela del ratón”, de la cual existe vacuna) morían inexorablemente. Un virus que incluso se saltaba la barrera de la vacunación. De acuerdo, tenemos un problema con eso.
Virus H5N1 coloreado.

Este caso produjo que tiempo después, las revistas Science y Nature, no quisieran publicar información sobre el virus de Rotterdam, o virus H5N1, conocido como la gripe aviar, la cual era fruto del estudio de las posibilidades y la facilidad para que este pudiera transmitirse entre los humanos.
Uno de los expertos del experimento, era Ron Fouchier, investigador del Erasmus Medical Center en Rotterdam, experto internacional en gripe. Volcó todo su conocimiento para mutar el virus y hacerlo transferible entre hurones. A pesar de todo, el virus no era transferible en los hurones, aunque seguía siendo letal. Ron decidió evolucionar “forzadamente” al virus en los hurones, hasta que adoptara dicha capacidad. Resumiendo, logró que la transferencia se hiciera mediante estornudos, o simplemente respiraciones en un ambiente compartido.
El experimento de Fouchier logró determinar que tan lejos estábamos de convertir virus letales, pero no transferibles, a letales y altamente transferibles, y la distancia, para desconsuelo de muchos, no era muy grande.

Cuando se mandó la investigación a la revista Science, decidieron no publicarla y alertar a la NSABB, que es el panel de control de bioseguridad de los Estados Unidos. Después de esto, Science y Nature, hicieron un pacto de no publicar investigaciones relacionadas al virus.

Incluso científicos como Michio Kaku nos recuerdan que incluso proyectos de ingeniería muy difíciles pueden ser llevados a cabo por gente normal. En su libro de “Física de lo imposible”, nos relata como estando en la universidad y como proyecto de ciencias, decidió construir un acelerador de átomos para crear antimateria. Claro, lo que todo joven propone como proyecto para no complicarse demasiado, ya saben.
Reunió más de 200 kilogramos de chatarra de un transformador. Bobinó 35 kilómetros de cable de cobre en el campo de futbol de la universidad. Compró una pequeña cantidad de sodio-22, construyó una cámara de niebla. Y finalmente construyó un betatrón de 2.5 millones de electronvoltios que consumía 6 kilovatios y generaba un campo magnético 20,000 veces mayor que el de la Tierra.
Cuando lo conectaba, en su casa saltaban todos los fusibles y se quedaba repentinamente a oscuras. Este hecho hizo que el científico, Edward Teller se fijara en él, reconocido promotor de uso de armamento nuclear y bombas H.
Large Hadron Collider en construcción.

Más recientemente, el año pasado, un sueco estaba construyendo un reactor nuclear en su cocina. Me imagino que harto de no poder cocinar ni un mísero huevo, se planteó hacer un reactor, y ¿por qué no?
Solamente pudimos enterarnos del caso debido a que el sueco en cuestión (no se ha revelado su nombre) le habló a la Autoridad de Radiación de Suecia, para saber si era legal o no tener un reactor. La llamada fue efectuada después de 6 meses de arduo trabajo y de haber conseguido material radioactivo, parte enviado desde el exterior y otro poco al desmontar una alarma de incendios doméstica.
De acuerdo a palabras, logró tener éxito en su empresa, aunque no obtuvo energía eléctrica del reactor ya que no contaba con las turbinas necesarias. Además, parece que tuvo cuidado ya que poseía un contador Geiger el cual no mostraba indicios de radiación alta en los lugares adyacentes al reactor.
El sueco fue arrestado, aunque liberado poco tiempo después, tras un interrogatorio.

En ninguno de estos casos, (exceptuando el de Alexandr) llegó a consecuencias graves, pero queda claro que puede ser peligroso.
Muchos pueden pensar que hacer experimentos genéticos para crear virus es algo que no está al alcance del usuario promedio (cosa no tan clara, viendo lo que hicieron Kaku y el sueco de la cocina), pero ¿Qué pasaría si una célula terrorista o misántropa tuviera acceso a esta información?
También del paso de manejar núcleos radiactivos a pensar en construir bombas atómicas, es muy estrecho, al menos en la concepción de ideas, aunque en la praxis sea algo mayor la distancia de dificultades.
El conocimiento per se no es peligroso. No puede serlo, no está vivo. Pero puede caer en manos peligrosas, indudablemente. ¿Deberíamos restringir esta información? ¿Impedir que se intercambien datos?
Tal vez el verdadero problema sea la falta de concientización. Hablábamos de la moral de esclavos, que nos describía Nietzsche, ¿puede ser esto causante de sentimientos de odio y aversión? ¿podría ser posible una especie de fraternidad global?
Sin duda, suele verse que entre gente apasionada por el estudio, el conocimiento, el pensamiento crítico y racional, las disputas son menos comunes. Los debates abundan, pero nunca pasan del mero conflicto racional e ideológico. Claro, hay excepciones; John von Neumann era un conocido promotor de la construcción de armas nucleares, y era partidario de lanzar varias a la Unión Soviética para recordarles “quien manda”. Edward Teller mencionado arriba, es un partidario de usar armas nucleares y bombas H para casi todo, lo único que le faltaba decir era que podían prender fogatas.
Ambos eran la excepción de la regla, todos los demás científicos del Proyecto Manhattan, arrepentidos de lo que habían hecho, firmaron manifiestos de reducción de armamento nuclear, de la no proliferación de armas de destrucción masiva.

¿Podría esto significar, que si se educase lo suficientemente bien a toda una población, aquellos “descarriados” que podrían poner en peligro al bienestar de la comunidad serían mantenidos por todos los demás? ¿O la relación es meramente ficticia?

Lo que está claro, es que determinado conocimiento siempre ha tenido el potencial de ser más peligroso que otro en manos de ciertas personas, pero incluso así pareciese no ser aceptado poner trabas a la información.
El consenso científico reclamó sobre la no divulgación de los experimentos con virus, por ejemplo.
Pero así como esta información tiene el potencial intrínseco de provocar destrucción si reúne a los individuos adecuados, tiene un potencial tal vez mayor de hacer el bien, de igual manera recayendo en individuos capaces de materializar este potencial, que por lo regular, suelen ser aquellos que precisamente manejan la información.
No podemos olvidar que fenómenos como la radiación que mató a Alexandr también se usa en los hospitales para curar el cáncer o atacar determinadas enfermedades, además de para hacer diagnósticos y chequeos. Como así mismo puede ser utilizada para obtener energía eléctrica mediante las centrales nucleares, que no son el peligro que la población parece creer.
Los experimentos con virus generan conocimientos para realizar vacunas y enfermedades han desaparecido y otras están en vías de hacerlo debido a esto. Además de que otras no curables, pueden llegar a ser inocuas y permitirle al enfermo vivir normalmente mientras reciba su tratamiento.
La investigación de la mecánica cuántica, posible en gran parte debido a aceleradores como los de Kaku, permiten avanzar la computación generando chips más pequeños. E incluso, dentro de poco tiempo, la cuántica pasar de ser apoyo, para ser la física central de las computadoras, pues estamos rozando el límite posible de la miniaturización, donde los efectos cuánticos se hacen norma.
El ñu (GNU) y el pingüino (Linux)

Mencionando las computadoras, también está el ejemplo de los hackers, aquellos aficionados al software libre y gratuito y a la acumulación de conocimiento y resolución de problemas de manera creativa, cuya máxima es la de publicar las informaciones que cada quién descubre y realiza sobre procesos, entornos, máquinas, codificaciones y demás. Esto es una de las razones por las que GNU/Linux es de los ambientes más seguros, en comparación con Windows o los OS de Apple  que parecen juegos de niños. Y esto debido a la libertad de modificación, de libre circulación de información. Y así como en los demás casos, los hackers poseen grandes capacidades para usar sus conocimientos de mala manera. En el mundo actual tan dependiente de las telecomunicaciones y las redes, podrían en jaque a países enteros desde la comodidad de su hogar, y así como en los casos anteriores, son los demás hackers los que evitan y aseguran el entorno. Casi ningún ataque tiene éxito en los ambientes GNU/Linux, a diferencia de ataques en ambientes aparte.

¿Y tú, que opinas?

Fuentes: El caso Alexandr Litvinenko, Acelerador de Michio Kaku, Dilemas de biopeligrosidad

No hay comentarios:

Publicar un comentario